Somos santiagueñas, inspiradas en la niñez, lo delicado y lo inocente. Personalmente, de niña disfrutaba hacer "arte", era como llamaba a la acción de pintar las paredes de mi casa, cortar las cortinas, sábanas y cualquier tipo de tela que se cruzaban por mis ojos, para la desdicha de mis padres. 

 

 

Amaba fantasear con flores, volados y colores, todos puestos en mis vestidos imaginarios. Esta imagen representa gran parte de mis sueños y anhelos, pero nunca imaginé que todo vendría con un extra de amor. 

 

 

 Y es que la vida a muchos nos pone a prueba y muchas veces venimos con algo que nos toca, y la cosa se nos pone con el doble de esfuerzo. Pero recibir el amor que estas pequeñas nos dan sin conocernos, es lo que nos hace más humanos y es lo que encontramos en cada encuentro con ellas, nuestras princesas. Nos gusta soñar con ellas, como algún vez lo hicimos nosotras ❤ 

 

 

Así en el año 2016, arrancamos con mucha ansiedad! Primero nuestro taller, donde surgieron los primeros patrones y a la vez, armar nuestro pequeño espacio de ventas... un poco mareadas por momentos, ya que entrábamos a un mundo que incluía diseño, organización y agenda. Desafíos que se fueron superando y que nos llevaron a crecer. 

 

 

Hoy nos encontramos con nuestra boutique, nuestro rincón soñado, un lugar que nos inspira, nos enamora y nos conecta con muchas niñas y madres a lo largo del país, que llegan con la ilusión de su vestido soñado.